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Automotivación

Capítulo II

No cabe duda que esta experiencia marcó una diferencia en la vida de Máximo, una persona que creía en él y lo ayudó a crecer mucho como persona en un momento crucial de su vida. Sin embargo los problemas que le acarreaban en casa y con sus amigos al ser un vendedor de tianguis lo entristecía y cuando entro a la universidad, por insistencia de sus padres dejó el trabajo con su tío.

Sus padres y amigos le decían que entrara a trabajar de office boy o que esperara para avanzar más en su carrera y pudiera trabajar de becario en “algo de su carrera” pero el sabía que en ese tipo de trabajos el tiempo que les dedicara no le retribuiría en un mejor pago, a pesar de las burlas y problemas que le traía este tipo de trabajo comenzó como vendedor para una empresa transnacional que administraba fondos para el retiro, esta fue su primera experiencia formal de trabajo.

Cuando entro al mundo corporativo descubrió que las cosas eran muy diferentes a realizar una venta en un tianguis, los tratos eran más formales y serios, la gente utilizaba trajes, conducían autos último modelo, tenían los teléfonos más modernos y comían en lugares elegantes. Comenzó su capacitación en esta empresa, el tema no era sencillo y le costaba un poco de trabajo comprender ciertos conceptos, pero se esforzó en hacerlo. Comenzó a tomar el teléfono para concertar citas sin mucho éxito, las cosas eran diferentes y aunque él quería hacerlo, había algo que le estaba impidiendo su éxito pero no sabía que pasaba.

Azotó el teléfono después de una mala llamada y puso sus manos sobre su rostro, recordaba las cosas que le aconsejaba su familia, amigos y al ver la realidad empezó a creer lo que decían. Su compañero lo vio y siguió con su llamada. Máximo ya no estaba convencido y tenía mucho miedo de lo que estaba aconteciendo, si seguía así, fracasaría y corroboraría lo que le había dicho la gente desde antes, incluso llegó a pensar que tal vez no era tan bueno como él creía y lo mejor sería alejarse de esto, pues era muy diferente a lo que el sabía hacer.  

-No está tan fácil ¿Verdad? dijo una voz a su lado.

-¡Hola! soy Jorge, perdona si me entrometo pero veo que te está costando algo de trabajo.

Máximo volteo a verlo, en su cara se leía la tristeza y frustración y le respondió:

-Creo que no soy bueno para esto.   

-Te he escuchado hablar, y la verdad debo decirte que aunque te falta pulir ciertas cosas, lo estas haciendo bien. Respondió Jorge.

-¿En verdad lo crees? preguntó Máximo esbozando una ligera sonrisa.

-Creeme compañero, llevo 15 años haciendo esto, he visto a muchas personas entrar y salir, si te digo que funcionará para ti es cierto. Comentó sonriente Jorge.

-Si me permites la pregunta ¿Cuál es tu puesto?

Algo extrañado Máximo respondió: Asesor Patrimonial.

Jorge rió y le preguntó ¿Y qué hace exactamente un asesor patrimonial?

-Eh, pues, supongo que asesorar a los clientes en cosas de su patrimonio, apoyar a la gente… vender… vender nuestros…

-¡Exacto! Dijo Jorge golpeando la mesa. ¡Eres un vendedor! ¡Somos vendedores! ¡Vendemos! Sabes… el tema es que muchas veces el vendedor no sabe que es un vendedor, no se la cree, o le da pena decir que ¡Es un vendedor! sinceramente a veces no entiendo cómo la gente ¡Se avergüenza de esta profesión!

-¿Profesión? pregunto Máximo

-¡Claro,ser vendedor es una profesión! y muy noble debo añadir, la persona que se dedica a las ventas, que lo hace de una manera adecuada y buscando ser el mejor, se prepara, estudia, se desarrolla, cada día está aprendiendo algo nuevo ¿Crees que un vender es una persona sin estudios? Ven conmigo. Le dijo Jorge a Máximo mientras caminaban hacia otro escritorio.

-¡Oye Raúl! dile al chico que estudiaste en la universidad.

Raúl dejando por un momento la revisión de su agenda respondió: Ingeniería Industrial. respondió. siguieron caminando dentro de la oficina mientras esperaban a que un compañero terminara una llamada.

-Fernando ¿Tu qué estudiaste? preguntó Jorge

-Administración de Empresas respondió Fernando.

Siguieron las preguntas a los compañeros, llamaban la atención y se junto un pequeño grupo, Jorge se dirigió a ellos y les explico:

Nuestro compañero nuevo, se está desempeñando muy bien en su trabajo pero creo que he descubierto algo en lo que le podemos apoyar.

¿Quién de ustedes está ORGULLOSO DE SER UN VENDEDOR? a pesar de sus carreras.

Se voltearon a ver y respondieron al unísono. ¡Todos! Raúl le dijo a Máximo.

-Es importante que te sientas orgulloso de ser un vendedor compañero. Y que sepas la importancia de nuestro puesto, tal vez en ocasiones notes mucho bullicio que en departamentos como contabilidad por ejemplo no se da. Ellos están en sus números deben concentrarse, su trabajo es muy importante pues llevan la administración de la compañía pero.. si no tuvieran que ingresar los pagos de los clientes y no entrara dinero ¿Como funcionaría su puesto? ¿De donde saldría el dinero para pagar a la valiosa gente administrativa?  

-Supongo que no habría manera. respondió Máximo.

-¿Cual es el motor de una compañía? le preguntó Fernando a Máximo.

-Pues… ¡Las ventas! respondió Máximo.

-¡Exacto! ya vas comprendiendo compañero. le dijo Jorge dándole una palmada en la espalda.

-Lo ves, tienes un trabajo muy importante, hecho por profesionales, ¿Tu que estudias?

-Mercadotecnia respondió el.

-Ah! esa es una carrera muy enfocada a las ventas, respondió Jorge.

-Empiezo a creer que si respondió con entusiasmo Máximo.

Regresaron a sus lugares y Jorge le dijo:

-Sabes, el problema con muchos vendedores es que no se la creen, piensan que son Ejecutivos de cuenta, Asesores Corporativos o patrimoniales, pero la verdad es que todos ellos son vendedores y a veces nos confunden esos puestos o los decimos para no sentirnos apenados por ser vendedores, la gente a veces cree que ser un vendedor es para una persona que no estudió o que no consiguió trabajo de otra cosa, hay un estereotipo de ello, pero la verdad es que las ventas son una profesión y hay que prepararse para ejercerla.

¡Te voy a ayudar! Lo primero que debes hacer es: ¡Sentirte orgulloso de ser un vendedor! y luego tener la capacidad de automotivarse y la única persona que puede hacerlo es… ¡Tu mismo! cuando te automotives verás que esto tendrá un impacto muy grande no solamente en tu carrera sino en tu vida y como tal  impactara a las personas mas cercanas a ti y creeme que agradecerán que apliques esto en tu vida.

Solo tú puedes motivarte

Empieza a sentirte orgulloso de ser un vendedor y automotivate, se que en ocasiones los prospectos pueden ser duros o hasta groseros pero es parte del paquete, recuerda no tomarte las cosas de manera personal, respira, sacudete eso, relajate y vuelve a llamar, sabiendo que le ofreces una solución a tu prospecto de cliente y que estas ahí para ayudarle no para molestarle, ahora, toma de nuevo el teléfono.

Continuara…

Máximo – Diario de Un Vendedor – Capítulo I
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